Yo puedo solo | Un cuento que enseña que la responsabilidad también se aprende practicando

Marcos tiene 7 años y cada mañana es una carrera contrarreloj: su madre le alcanza el almuerzo, su padre le busca el abrigo… y él sale de casa sin preocuparse por nada.
Hasta que un día, en clase, se da cuenta de que su mochila está vacía y que no puede hacer nada sin pedir ayuda.

Sus padres han decidido dar un paso atrás y dejar que Marcos se encargue de preparar sus cosas. Al principio se olvida de la libreta, luego del almuerzo… pero poco a poco empieza a descubrir que hacerse responsable de lo suyo no es una carga, sino una forma de crecer.

Yo puedo solo es un cuento sobre la autonomía infantil y el valor de asumir responsabilidades, pensado para ayudar a los niños a sentirse capaces, útiles y orgullosos de sus logros.
Incluye una explicación sobre cómo el cerebro aprende a través de la práctica y los hábitos, junto con estrategias y actividades para fomentar la responsabilidad tanto en casa como en el aula.


Marcos tenía 7 años y cada mañana era el mismo caos.

—¡Marcos, tu almuerzo! —gritaba su madre desde la cocina.
—¡Marcos, el abrigo! —añadía su padre, corriendo detrás de él.

Y allí iba Marcos, feliz y despreocupado, mientras sus padres recogían lo que él olvidaba por el camino.

Al principio lo hacían sin pensar: “Es pequeño, ya aprenderá”, se decían.
Pero cada día la historia se repetía, y aquella rutina empezó a cansarles. Su madre sentía una mezcla de tristeza y agotamiento, como si cada mañana se repitiera una escena que ya conocía de memoria. Su padre, mientras se ajustaba el abrigo con un suspiro largo, pensaba: “Si no empieza a hacerse responsable ahora, ¿cuándo lo hará?”

Una noche, después de cenar, lo sentaron en el sofá.
—Marcos —dijo su madre con voz tranquila—, ya tienes siete años. Cada día haces más cosas por ti mismo, y eso nos alegra mucho.

Su padre asintió.

—Crecer también significa empezar a asumir algunas responsabilidades. Hizo una breve pausa y añadió:
—Podemos empezar por algo sencillo: mañana prepararás tú tu mochila.

Marcos los miró sin entender del todo.

—¿Y si me olvido de algo? —preguntó, inquieto.
—Entonces lo resolverás —respondió su madre—. Así es como se aprende.

Esa noche se fue a dormir pensativo. No le gustaba la idea, pero también sentía una pequeña curiosidad por intentarlo.

A la mañana siguiente, su madre no dijo nada. Tampoco su padre. Marcos cogió su mochila del perchero sin mirar dentro y salió corriendo como siempre.


Este cuento forma parte de la colección Cuentos para pensar juntos, creada para ayudar a familias y docentes a entender mejor las emociones de los niños, sus causas y cómo acompañarlas desde la calma y la empatía.

Si te haces miembro del nivel Pequeño Soñador en Patreon, podrás acceder a la historia completa y a todos los recursos educativos que la acompañan.

Cómo pueden ayudarte nuestros Cuentos para pensar juntos

Cada día, los niños se enfrentan a pequeñas grandes situaciones: frustrarse cuando algo no sale como esperaban, sentir miedo al dormir solos, aprender a hacerse responsables o descubrir que equivocarse también forma parte del camino. Cuentos para pensar juntos nace de esas experiencias reales que viven las familias y los docentes, y de la necesidad de ponerles palabras, calma y comprensión.

En esta colección encontrarás historias breves inspiradas en la vida cotidiana, que ayudan a reflexionar sobre las emociones, los valores y los aprendizajes más importantes de la infancia. Cada cuento ofrece una mirada cercana para entender mejor lo que sienten los niños y acompañarlos desde la empatía, con explicaciones sencillas, estrategias prácticas y actividades para trabajar cada tema en familia o en el aula.